CENEXA, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA

Un científico del CONICET La Plata es el único participante argentino de un trabajo sobre la situación mundial de la diabetes

Juan José Gagliardino fue convocado por una prestigiosa revista médica británica junto a otros 44 expertos internacionales


El informe incluye la revisión de más de 500 artículos científicos recientes sobre la diabetes en el mundo.

Cuatro años de trabajo colaborativo entre 45 especialistas de diversos países tuvo su corolario días atrás con la publicación de un exhaustivo artículo en la prestigiosa revista médica The Lancet, que los convocó para formar una comisión encargada de revisar y sistematizar alrededor de 500 estudios científicos y la experiencia de los propios participantes sobre la situación mundial de la diabetes. La tarea culminó con el documento mencionado, que además incluye recomendaciones concretas en materia de salud destinadas a la comunidad académica, decisores gubernamentales y actores políticos. Del total, solo tres son latinoamericanos, y de ellos un único argentino: Juan José Gagliardino, investigador del CONICET en el Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA).

Los autores llevaron adelante un relevamiento y síntesis de la literatura disponible sobre diabetes, y elaboraron una serie de propuestas que pretende motivar a los responsables políticos y contribuyentes a “cambiar colectivamente el ecosistema, crear capacidad y mejorar el entorno de la práctica clínica”, según se lee en el artículo. Entre las acciones concretas que se sugieren, Gagliardino destaca “garantizar el acceso a la insulina, la educación del paciente y las herramientas para el automonitoreo glucémico, teniendo en cuenta que ese control puede prevenir muertes prematuras y emergencias en personas jóvenes con diabetes tipo 1, la forma de la enfermedad en que el sistema inmune confunde con agentes externos a las células productoras de insulina, la hormona que regula la concentración de glucosa en sangre, y las destruye”.

Asimismo, el investigador remarcó la importancia de llevar un “control multifactorial” de la hiperglucemia materna durante el embarazo, como también la necesidad de “implementar programas de prevención basados en estrategias acordadas entre los gobiernos y la sociedad para modificar diversas causas ambientales, conductuales y socioeconómicas que afectan el desarrollo de la diabetes tipo 2”. Asociada a factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, obesidad, colesterol alto y sedentarismo, esta forma de la enfermedad es la más frecuente –corresponde al 90 por ciento de los casos– y se da cuando el cuerpo no produce insulina o no la utiliza bien. Todas las complicaciones relacionadas disminuyen la calidad de vida de quienes la padecen y aumentan los costos de su atención.

“También se hizo hincapié en fomentar las prestaciones médicas en equipo, ya que facilitan la recopilación sistemática de datos durante la práctica clínica rutinaria para mejorar la calidad de los registros médicos electrónicos y establecer sistemas de vigilancia, prevención y tratamiento”, añade Gagliardino y continúa: “Otro punto en el que el artículo profundiza es el fortalecimiento de las infraestructuras existentes para brindar una atención integral continua y la capacitación del personal de salud que, junto a cambios en la gestión, posibilitarían optimizar los resultados de las estrategias para evitar la aparición de la patología y profundizar su control”.

De manera complementaria, la publicación también provee nuevas evidencias acerca de posibles efectos perjudiciales del síndrome respiratorio por COVID-19 sobre los islotes pancreáticos, que son grupos de células encargadas de producir hormonas, entre ellas la insulina”. Sucede que existe una relación bidireccional entre ambas patologías: mientras que la diabetes se asocia con un aumento del riesgo de contraer coronavirus y cursar una forma grave, su infección podría desencadenar una diabetes o agravarla en el caso de quienes ya la padecen, incluyendo episodios de dos complicaciones graves llamadas cetoacidosis y coma hiperosmolar, que requieren altas dosis de insulina para su control”, explica Gagliardino.

Estas evidencias surgen de reportes recientes de pacientes con diabetes tipo 2 que durante la pandemia necesitaron más intervenciones médicas y presentaron una mortalidad significativamente mayor frente a los no diabéticos (7,8 por ciento frente a 2,7 por ciento), como también lesiones de múltiples órganos. Al mismo tiempo, personas hospitalizadas con una diabetes bien controlada experimentaron una mortalidad marcadamente inferior que aquellas con controles insuficientes. “Estas observaciones sugieren un posible efecto diabetogénico, es decir que la provoque, del COVID 19, y se desconoce si las alteraciones metabólicas que desencadena persisten o remiten al resolverse la infección”, subraya el experto, y en este sentido adelanta que el CENEXA se encuentra desarrollando un estudio a nivel nacional en colaboración con la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD) con el que buscan precisamente demostrar la correlación descripta.

Por Mercedes Benialgo

 Referencias bibliográficas:

 Prof Juliana C N Chan, Lee-Ling Lim, Prof Nicholas J Wareham, FMedSci, Prof Jonathan E Shaw, Prof Trevor J Orchard, Ping Zhang, PhD, et al. The Lancet Commission on diabetes: using data to transform diabetes care and patient lives. The Lancet. DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)32374-6

Sobre investigación:

Juan José Gagliardino. Investigador superior emérito ad horonem. CENEXA.