CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES

Reportan el hallazgo de un nuevo género y especie de ave buceadora que habitó la Antártida hace 67 millones de años

Los fósiles fueron recuperados en la Isla Marambio. Pequeña, de no más de un kilo de peso y de hábitos acuáticos, convivió con los dinosaurios hasta su extinción. El estudio fue realizado por un equipo de investigación del CONICET y se publica en una prestigiosa revista internacional


Irazoqui -centro- junto a Javier Gelfo y Carolina Acosta Hospitaleche, también autores de la publicación. Fotos: CONICET Fotografía/R. Baridón.
Cráneo de Pujatopouli soberana. Fotos: CONICET Fotografía/R. Baridón.
Los fósiles fueron recuperados décadas atrás en la Formación López de Bertodano, en la Antártida. Fotos: CONICET Fotografía/R. Baridón.
Facundo Irazoqui. Fotos: CONICET Fotografía/R. Baridón.
Los fósiles fueron recuperados décadas atrás en la Formación López de Bertodano, en la Antártida. Fotos: CONICET Fotografía/R. Baridón.

Podría decirse que era “mala caminadora”, por su torpeza extrema para moverse en la tierra, y pequeñita, de unos pocos centímetros y no más de un kilo de peso; y que tenía un pico muy alargado, una herramienta útil a la hora de zambullirse y bucear para cazar pequeños peces. Así era Pujatopouli soberana, tal el nombre del nuevo género y especie de ave nadadora y buceadora que habitó lo que actualmente se conoce como Isla Marambio, en el Sector Antártico Argentino, durante el Cretácico superior –entre 67 y 65 millones de años atrás– en coexistencia con los últimos dinosaurios. El hallazgo fue reportado en la revista científica Cretaceous Research por un equipo de investigación integrado por profesionales del CONICET en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP) y el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNComa).

Los fósiles utilizados para el estudio fueron recuperados décadas atrás en la Formación López de Bertodano y forman parte de la colección del Museo de La Plata (UNLP). Constan de un cráneo muy bien conservado en tres dimensiones, además de otros huesos más pequeños, como parte del húmero, de la ulna o cúbito, y del esternón; la pelvis y el tibiotarso (un análogo a la tibia de los seres humanos) completo.

“Era un ave similar a los macáes –aves nadadoras– actuales, más propensa a desplazarse por el agua, ya sea flotando o buceando, que por tierra y se alimentaba de peces o presas pequeñas”, comenta Facundo Irazoqui, becario del CONICET en la FCNyM y primer autor del trabajo. “Inferimos que buceaba a partir de determinadas características morfológicas especiales que presenta en las patas, particularmente en el tibiotarso: unas estructuras que se conocen como crestas nemiales que, cuando están alargadas como en este caso, indican que las patas eran utilizadas como remo para propulsarse debajo del agua. A diferencia, por ejemplo, de los pingüinos, que se impulsan con las alas. Por otra parte, el pico es largo y puntiagudo, y el cráneo presenta grandes inserciones musculares, como en aves actuales que bucean para cazar. P. soberana se movía en ambientes marinos cercanos a la costa, en un mar que era mucho más templado que el que conocemos ahora, ya que todavía no circulaba la Corriente Circumpolar Antártica (CCA), que es la que hoy rodea y enfría todo ese sector”, añade.

El análisis filogenético, es decir de las relaciones de parentesco de P. soberana, se realizó comparándola con dos grandes conjuntos de datos, uno compuesto principalmente por aves del Mesozoico (entre 252 y 66 millones de años atrás) y otro por una amplia muestra de aves vivientes. “Los resultados indican que está más emparentada con el grupo de las aves actuales que con las basales, y estrechamente relacionada, en particular, con las aves vivientes de hábitos acuáticos, pero se trata de un nuevo género y especie nunca antes descripto”, subraya Irazoqui.

El nombre científico asignado podría traducirse como “ave de Pujato”, en homenaje a Hernán Pujato, un militar, diplomático y explorador argentino que ideó el plan antártico argentino y fundó las primeras bases del país en ese continente, así como el Instituto Antártico Argentino (IAA). El término soberana, “refiere, por un lado, precisamente a las acciones soberanas que lleva adelante el Estado argentino desde hace más de 120 años en la Antártida y, por otro, es un reconocimiento a la Patrulla Soberanía, que fue la primera dotación que construyó la pista de aterrizaje que sentó las bases para fundar la Base Marambio, que es la puerta de entrada aérea al continente”, apunta el experto, y cierra: “Este hallazgo visibiliza ante el mundo lo que nuestro país realiza en la Antártida, a nivel diplomático y científico, y eso cobra gran relevancia, además de su importancia en términos paleontológicos”.

Referencia bibliográfica:

Facundo Irazoqui, Carolina Acosta Hospitaleche, Javier N. Gelfo, Ariana Paulina Carabajal, Paula Bona, Leonel Acosta Burlaille, Diving in the Maastrichtian of Marambio (Seymour) Island: A new member of the Neoaves in the Cretaceous Antarctic avifauna, Cretaceous Research, 2025, 106259, ISSN 0195-6671. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cretres.2025.106259

Por Marcelo Gisande.