INIBIOLP, CONICET-UNLP

Prácticas biomédicas para acercar a estudiantes de secundaria al ámbito académico

Una investigadora del CONICET dirige un proyecto de extensión con 17 años de historia que invita a jóvenes de escuelas vulnerables a imaginarse a sí mismos como profesionales de la salud


El proyecto de extensión busca mostrar las carreras en salud como una opción posible para el futuro de los y las estudiantes. FOTOS: CONICET Fotografía/Rayelen Baridon.
El bachillerato de adultos con orientación en salud CEBAS N°1 participa todos los años del proyecto.
Simuladores para extracción de sangre y manipulación de instrumentos de laboratorio son algunas de las prácticas que incluye el proyecto.
La iniciativa invita a los/as participantes a recorrer los espacios y aulas de la Facultad de Medicina de la UNLP.

“Pasantías de inclusión académica para colegios secundarios” es el nombre de un proyecto de extensión universitaria iniciado hace 17 años entre el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata (INIBIOLP, CONICET-UNLP) y la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata (FCM, UNLP) que por estos días desarrolla una nueva edición, en este caso con estudiantes de las escuelas N°31 y N°94 de La Plata, N°3 de Berisso, Técnica N°2 de Ensenada, y el Centro Especializado de Bachilleratos para Adultos con orientación en Salud Pública (CEBAS) N°1, que funciona dentro del Hospital “San Juan de Dios” de la ciudad. Como cada año, también participan los colegios Nacional “Rafael Hernández”, Liceo “Víctor Mercante” y el Bachillerato de Bellas Artes, dependientes de la casa de altos estudios que acredita la iniciativa.

La dinámica del proyecto plantea visitas semanales de grupos de alumnos y alumnas que tengan interés en el campo de la salud para enseñarles algunas prácticas biomédicas y de laboratorio que no son el fin sino el medio para alcanzar un objetivo mayor: acercarlos al ambiente académico y presentárselo como una opción real y concreta para su futuro. “Las experiencias que realizamos son una excusa: lo que en realidad anhelamos es que se convenzan de que son capaces de inscribirse en una carrera universitaria, y para eso queremos que conozcan este espacio físico, las aulas, que caminen por los pasillos y que les quede claro que tienen la inteligencia necesaria y la posibilidad de transitarlos cuando llegue el momento”, relata Alejandra Tricerri, investigadora del CONICET en el INIBIOLP y directora de la propuesta.

Por el propio sentido que lo define, el proyecto está dirigido a escuelas de contextos vulnerables cuyas comunidades están muy ajenas a la realidad universitaria. “El grupo por excelencia que participa históricamente es el bachillerato de adultos con orientación en salud, una formación que tiene muy presente el costado humano de la práctica médica”, cuenta Tricerri, y continúa: “Lo cursan personas grandes que han atravesado experiencias de vida complicadas y que están acostumbradas a lucharla, a resistir y a poner el mayor empeño en las cosas que hacen. Por todo esto, es gente con mucha conciencia social y está bueno hacerles ver que más allá de tener que estudiar, para ejercer funciones sanitarias hace falta una empatía y un entendimiento con los pacientes que ellos ya traen consigo”.

A lo largo de dos meses, los estudiantes que se suman al proyecto acuden a distintos encuentros en la facultad en los que realizan prácticas como extracciones de sangre en simuladores, manipulación de instrumentos de laboratorio e interpretación de resultados de análisis clínicos, además de visitar el Museo de Anatomía Humana que funciona dentro de la unidad académica. “Tomamos registros de todo en fotos y video para generar material de divulgación, y al final del ciclo hacemos entrega de certificados en una ceremonia a la que acuden las familias de los alumnos y alumnas. Y eso es lo más motivante para quienes participamos del proyecto, porque nos confirma que es una actividad que vale la pena y que nos permite también a nosotros salir por un rato de la cueva científica y tener una llegada directa a la comunidad”, concluye la investigadora.