Conforme avanzan los ensayos y estudios necesarios, el proyecto de la vacuna ARGENVAC va dejando atrás su anclaje exclusivamente platense para asociarse con otros actores que enriquezcan el desarrollo de cada etapa. Así, aunque su germen inicial sigue siendo el trabajo conjunto de dos equipos locales pertenecientes al Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP) y al Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA), acaba de sumar a sus filas a expertos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Para diagramar los esquemas de producción a mayor escala, además, también se incorporaron dos empresas biotecnológicas.
ARGENVAC surgió algunos meses atrás como resultado de la combinación del extenso trabajo en el diseño de nanopartículas del INIFTA con la vasta trayectoria que el IIFP acredita en el estudio y caracterización del sistema inmune, experiencias lideradas por los investigadores del CONICET Omar Azzaroni y Guillermo Docena, respectivamente. Ahora, esta red se complejiza con la anexión de un equipo de la UBA dirigido por Cecilia D´Alessio y Javier Santos, también investigadores del organismo, que se encargará de generar el principio activo de la vacuna a partir de una fracción de una proteína específica del virus SARS-CoV-2. El INTI, por su parte, participará a través de un proceso de escalado en su planta piloto de producción de medicamentos. Mientras tanto, los grupos locales continúan con los ensayos de laboratorio, y estiman que el año próximo pasarán a las pruebas clínicas.