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PROYECTOS BIANUALES
Con subsidios de la Fundación Bunge y Born investigadores del CONICET estudiarán el Chagas
Entre los siete adjudicatarios de la ayuda económica hay seis equipos encabezados por profesionales del organismo, tres de ellos en el CCT La Plata
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Por séptimo año la Fundación Bunge y Born puso en práctica el “Concurso Subsidios para investigación de la enfermedad de Chagas”, que tiene como objetivo contribuir con la generación de nuevos conocimientos que propicien su prevención, diagnóstico y tratamiento. Entre los siete proyectos ganadores de esta edición hay seis que son encabezados por investigadores del CONICET, tres de los cuales se desempeñan en el ámbito del Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata: María Elena Marson, becaria posdoctoral en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); y María de los Milagros Cámara y León Bouvier, ambos investigadores del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas – Instituto Tecnológico Chascomús (IIB - INTECH, CONICET – UNSAM). Los otros equipos que serán subsidiados por los próximos dos años son dirigidos por Cecilia Pérez Brandán, del Instituto de Patología Experimental (IPE, CONICET, UNSA); Diego Arias, del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL, CONICET - UNL); y Alejandro Benatar, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular “Dr. Héctor N. Torres” (INGEBI, CONICET).
“Es una de las enfermedades olvidadas”
“Entendemos al Chagas como parte de un conjunto de enfermedades que no representan un gran interés para la investigación privada o la industria farmacéutica en particular porque no están asociadas a ganancias, es decir, están olvidadas”, reflexiona Marson, y apunta que “en general, los que subsidian este tipo de trabajos son instituciones del ámbito público, por lo que esta excepción nos pone muy contentos”.
El proyecto de Marson busca evaluar los tratamientos farmacológicos en pacientes inmunodeprimidos, particularmente en aquellos que además de Chagas padecen HIV. “No hay trabajos que estudien el funcionamiento de los fármacos en el organismo, las interacciones medicamentosas que se dan en estos casos, dado que las personas no toman una única medicación sino una batería”, explica.
“Ya en mi tesis doctoral trabajé la enfermedad vinculada al control de los tratamientos farmacológicos, puntualmente sobre las drogas antichagásicas. Lo hicimos en colaboración con el Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” de Buenos Aires y nos dedicamos a dos poblaciones desatendidas, que no han sido destinatarias de muchos estudios clínicos: los niños y las madres en etapa de amamantamiento”.
Para el trabajo que financiará la Fundación Bunge y Born, además de participar el mencionado nosocomio, se incorporará el Instituto Nacional de Parasitología “Dr. Mario Fatal Chaben” (INP) y el Hospital de Infecciosas “Dr. Francisco Javier Muñiz” de Buenos Aires, donde se realizarán los estudios clínicos a los pacientes adultos que tengan las dos enfermedades. Los análisis de laboratorio se harán en el Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Exactas de la UNLP, y se utilizará el instrumental de la Planta Piloto Multipropósito – Laboratorio de Servicios a la Industria y al Sistema Científico (PLAPIMU – LASEISIC, CICPBA).
“Apuntamos a evaluar las interacciones entre los muchos fármacos con los que se trata a las personas que presentan una coinfección de HIV y Chagas. Es decir, no vamos a probar nuevas drogas ni modificar los tratamientos actuales. Observaremos si en ellas aparecen escenarios de incertidumbre que sea necesario corregir. Esta información nos va a permitir proponer alternativas para mejorar o ajustar los tratamientos de estos pacientes que tienen un altísimo riesgo”, expresa.
“Los pacientes chagásicos adultos están en lo que se llama fase crónica de la enfermedad y tienen pocas probabilidades de curarse con el tratamiento. Éste es mucho más efectivo en la etapa aguda, cuando los parásitos están circulando por la sangre. Una vez que se alojan en determinados tejidos empieza este ciclo silencioso”, desarrolla Marson, pero aclara: “Cuando la persona está inmunodeprimida puede sufrir activaciones en términos parasitarios y quedar más desprotegida. Ante esa desprotección del sistema inmunológico, ¿qué pasa con el HIV? ¿Qué se debe hacer con el tratamiento farmacológico? Todas estas cuestiones no están evaluadas y estos estudios serán los primeros que se hagan, muchos de ellos, en el mundo”.
“Comprender la interacción parásito-hospedador es clave para la búsqueda de blancos terapéuticos”
Para María de los Milagros Cámara, el Chagas “es una enfermedad de gran impacto socioeconómico en Latinoamérica y, en particular, en nuestro país. En este proyecto comenzaremos con la caracterización funcional de unas proteínas, denominadas mucinas, del Trypanosoma cruzi - agente responsable de la enfermedad - y su rol en la infección del hospedador invertebrado”.
“Trabajos previos de nuestro laboratorio indican que las mucinas tendrían un rol funcional en la adhesión del parásito al epitelio intestinal del insecto hematófago Rhodnius prolixus, el segundo vector en importancia del Chagas, en un proceso clave para establecer la infección. Por consiguiente, utilizando herramientas de biología molecular generaremos parásitos sobreexpresantes de las distintas familias de mucinas y realizaremos ensayos de infección in vivo y de adhesión in vitro en R. prolixus y Triatoma infestans, otro insecto responsable de la transmisión de la enfermedad”.
Junto con los integrantes del Laboratorio de Biología de Protozoarios del IIB-INTECH, la experta analizará “por un lado, la capacidad de infección de los parásitos transgénicos y, por otro, la respuesta inmune del vector, con el fin de poder comprender el rol de las mucinas en la infección. Comprender esa interacción es una herramienta clave para la búsqueda de blancos terapéuticos y bloquear la transmisión de la enfermedad. Esperamos no sólo aportar nuevos conocimientos sino también novedosas herramientas de fisiología de insectos que aún no han sido desarrolladas en el país”.
“Interferir la función de ciertas proteínas puede limitar la capacidad de proliferación del parásito”
León Bouvier y su equipo estudiarán un grupo de proteínas, las metacaspasas, que se encuentran solamente en plantas, hongos y organismos protozoarios como T. cruzi. “El interés radica en observar algunos procesos que constituyen verdaderos determinantes de la viabilidad celular. Es decir, es posible que al interferir la función de las metacaspasas, la célula (o parásito patógeno en este caso) vea disminuida y comprometida su capacidad para proliferar y multiplicarse”, subraya.
“Hoy en día, establecer una estrategia para provocar dicha interferencia - en un futuro, mediante una droga, por ejemplo - no resulta posible debido a que todavía no se ha podido describir el mecanismo molecular de las metacaspas. Su ausencia en el hombre, así como sus propiedades bioquímicas absolutamente distintivas, fundamenta que se las considere como atractivos blancos para el potencial desarrollo de drogas antiparasitarias”, añade.
Para finalizar, el profesional destaca que “este subsidio representa la posibilidad de contribuir a una ciencia de calidad y constituye una verdadera distinción. En mi caso particular tuve la fortuna de haber sido anteriormente beneficiario de la Fundación Bunge y Born, y que haya vuelto a confiar en nuestro grupo representa un verdadero honor y un doble desafío por llevar el proyecto adelante”.