CONICET-CICPBA

Sistemas biológicos y ambiente obesogénico en una charla de divulgación

Científicos de la ciudad organizaron actividades para todo público en el marco del 40º aniversario del IMBICE


Los laboratorios del IMBICE armaron stands para mostrar al público su trabajo. Foto: Gentileza investigador/ CONICET Fotografía
Los laboratorios del IMBICE armaron stands para mostrar al público su trabajo. Foto: Gentileza investigador/ CONICET Fotografía
Los laboratorios del IMBICE armaron stands para mostrar al público su trabajo. Foto: Gentileza investigador/ CONICET Fotografía

Bajo el título “Comer: un delicado equilibrio entre la necesidad y el placer”, el doctor Mario Perelló, del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-CICPBA), brindó una charla sobre las investigaciones que realiza junto a su equipo del Laboratorio de Neurofisiología, con relación a los sistemas biológicos que interactúan en la regulación del apetito.

La actividad se realizó en el marco del 40º aniversario del instituto, celebrado en nuestra ciudad días atrás con una serie de charlas abiertas a la comunidad que tuvo lugar en el edificio anexo de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, en la esquina de 7 y 49.

En su presentación, Perelló se refirió a las hormonas y zonas del cerebro implicadas, y explicó que se conjugan con un aspecto que consideró crucial: el medio ambiente. “Si comer fuera igual de divertido que tomar agua no habría obesidad en el mundo”, señaló el investigador en alusión a un grave problema de salud pública que hace no muchos años ha sido declarado como tal a nivel global.

“La realidad es que en general comemos de más, y el genoma humano no ha cambiado. En cambio, sí lo ha hecho el ambiente, que hoy es obesogénico, es decir, que nos facilita el acceso a alimentos ricos en grasas y fomenta el sedentarismo, entre otras cuestiones”, agregó el experto.

De este modo, Perelló pasó a explicar en un lenguaje sencillo y para todo público en qué consisten los aspectos hedónicos del apetito, es decir, el comer por placer. “Con la ingesta de los alimentos los más ricos en grasas y azúcares se activa la vía mesolímbica, un sector del cerebro que también despierta con el consumo de alcohol o nicotina, por ejemplo”.

El especialista contó detalles y anécdotas de las experiencias que se hacen en laboratorio con ratones, modelos que le sirven para hacer estudios de comportamiento. “A veces es difícil discernir si nosotros mismos estamos comiendo por hambre o por placer, y hacerlo con un animal lo es aún más. Así que analizamos sus reacciones bajo condiciones de estrés y bloqueando con fármacos la acción de determinada hormona, por ejemplo, para observar si come más o menos, y qué alimentos elige en cada situación”, señaló Perelló.

Durante la jornada se llevaron adelante también otras charlas tituladas “¡Viva la diversidad!”, “Cultivando células como pasiones” y “Geneaología, ancestría y genética”. Asimismo, en el hall de entrada se expusieron distintos stands correspondientes a cada una de las áreas que conforman el IMBICE, en los que profesionales y técnicos invitaron al público a participar en actividades interactivas para, por ejemplo, conocer cuál es su resistencia al dolor o cuán saludable es el estilo de vida que llevan.

Cabe destacar que las celebraciones por el aniversario comenzaron con la correspondiente ceremonia de apertura que contó con la presencia de autoridades de las instituciones involucradas, a la que le siguieron diferentes simposios y conferencias de contenido científico.