La comunidad física local lamenta el fallecimiento de un científico de larga trayectoria en el CONICET La Plata

El CONICET La Plata y el Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp, CONICET-UNLP-CICPBA) despiden por estos días con gran tristeza a Ricardo Duchowicz, investigador principal ad honorem dedicado durante más de cuatro décadas al estudio del láser y las fibras ópticas para comunicaciones. Doctor en Física por la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (FCEx, UNLP), comenzó a forjar su carrera científica como becario doctoral del CIOp en 1977 bajo la dirección de los investigadores jubilados del CONICET Mario Gallardo y Mario Garavaglia, fundadores del por entonces flamante centro.

Duchowicz realizó una estadía posdoctoral en la Universidad Técnica de Kaiserslautern, Alemania, donde se especializó en espectroscopía láser, y a su regreso trabajó en el estudio de la fotofísica de colorantes orgánicos como medios materiales para la generación de acción láser, tanto en solución como en matrices poliméricas. También por esos años fue profesor invitado en el Instituto de Química Física Rocasolano, en Madrid, y en la Universidad de Valencia (España). A mediados de la década del ’90, creó junto a su colega Enrique Sicre el Laboratorio de Metrología en Comunicaciones Ópticas (LAMECO) que, entre otros logros, participó con éxito en convenios con la empresa VENG S.A., controlada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), para el desarrollo de giróscopos ópticos a bordo de satélites nacionales.

En materia académica, Duchowicz fue docente de la FCEx por más de 30 años, y desde 1996 hasta la actualidad dictaba clases en la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Además, brindó numerosos cursos de grado y posgrado, además de seminarios y conferencias en el país y en el exterior, así como también dirigió o codirigió a una veintena de profesionales en sus tesis o proyectos de investigación. “Sufrido” hincha de Racing, sus compañeros y compañeras del CIOp aseguran que “se fue un amigo” a quien la curiosa combinación de sus orígenes polacos con el marcado gusto por la tradición cotidiana del mate le había valido el apodo de “Gaucho Duchowicz”.