55° ANIVERSARIO DEL CONICET

Experiencias en química y física: ciencia que integra

Científicos de nuestra ciudad visitaron escuelas especiales y cautivaron con experimentos caseros a chicos con dificultades motoras y neurológicas


Osvaldo Civitarese durante su visita a la escuela APADIM. Fotos: CONICET.
Osvaldo Civitarese durante su visita a la escuela APADIM. Fotos: CONICET.
Osvaldo Civitarese durante su visita a la escuela APADIM. Fotos: CONICET.
Osvaldo Civitarese durante su visita a la escuela APADIM. Fotos: CONICET.
Osvaldo Civitarese durante su visita a la escuela APADIM. Fotos: CONICET.
Osvaldo Civitarese durante su visita a la escuela APADIM. Fotos: CONICET.

Expresiones de asombro y amplias sonrisas se apoderaron de dos colegios platenses de educación especial durante las charlas que científicos del CONICET brindaron para sus alumnos. Primero fue la química, en la Escuela Especial María Montessori; y luego la física, en el establecimiento escolar de la Asociación Pro Ayuda al Discapacitado Mental (APADIM), las disciplinas que sirvieron como excusa para apostar una vez más a la integración.

Sin materiales delicados o peligrosos, los alumnos comprobaron cuántos complejos fenómenos naturales se esconden en acciones cotidianas como hornear pan o hervir agua, y que por ende la ciencia está mucho más presente de lo que suele creerse.

Desde el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (CINDECA, CONICET-UNLP), la investigadora del CONICET Laura Briand llevó su proyecto de extensión “Los científicos del futuro están en la escuela” al primero de los establecimientos, que recibe a chicos de entre 3 y 18 años con discapacidades motoras y/o neurológicas. También participaron de la actividad Oriana D’Alessandro, Carla Huarte Bonnet y Virginia Savy.

Así, para entender el proceso de fermentación del pan, se inflaron globos con el gas liberado por la mezcla de levadura, azúcar y agua tibia. También se logró la erupción de un volcán de plastilina a base de bicarbonato de sodio y jugo de limón, mezcla que también se realizó en tubos de ensayo para que los chicos pudieran observar y escuchar la efervescencia desde cerca.

Sin duda el experimento estrella fue la preparación de una especie de sustancia gomosa fácil de manipular que resulta de la combinación de plasticola de color con borato de sodio, que recuerda a un viejo entretenimiento conocido como miki moco. Los más de veinte alumnos presentes percibieron las experiencias a través de la vista, el tacto, el oído y el olfato. “Ellos ponen en juego todos sus sentidos y participan de esa manera, según las posibilidades de cada uno”, señaló Briand.

Por su parte, Osvaldo Civitarese, investigador del CONICET en el Instituto de Física de La Plata (IFLP, CONICET – UNLP) se acercó hasta la escuela APADIM para dictar una charla ante un grupo de alumnos adolescentes con Síndrome de Down.

El científico se valió para ello de una cubetera, un vaso de plástico y una olla, elementos de uso frecuente en nuestras actividades cotidianas que en manos de un doctor en Física son las mejores herramientas para explicar los estados de la materia.

Durante esta actividad, los chicos experimentaron con agua en sus distintos estados, manipulando hielo y observando la generación del vapor que se da al exponerla a altas temperaturas. Asimismo, recibieron algunas nociones básicas sobre la energía y su ciclo natural en el mundo vegetal y animal.

Con técnicas sencillas los jóvenes pudieron entender y explicar fenómenos naturales como la lluvia o las tormentas eléctricas.