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El CONICET lamenta el fallecimiento de la doctora Mirta Noemí Blanco

Fue investigadora principal del organismo y se desempeñó en el CINDECA, espacio del que llegó a ser directora


Mirta Blanco. Foto: gentileza CINDECA.

Con profundo pesar, el CONICET comunica el fallecimiento de la doctora Mirta Noemí Blanco, investigadora principal jubilada del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” (CINDECA, CONICET-UNLP-CICPBA). Profesora titular del área de Química Tecnológica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (FCEx, UNLP), llegó a ser directora del CINDECA, espacio en el que se desempeñó a lo largo de 40 años desde su creación como integrante del grupo de “Obtención de un catalizador para hidrodesulfurización de cortes livianos de petróleo” y, más tarde, trabajando en catalizadores para hidrocarburos, técnicas de caracterización de sólidos y reacciones catalíticas, entre otros temas.

Desde el CINDECA, la describen como “protagonista fundamental” de la historia del centro, en el que fue consolidando su grupo de investigación. “Tanto sus investigaciones como su aporte a la formación de recursos humanos se desenvolvieron con el devenir de los años en diferentes campos de interés estratégicos, como catalizadores sustentables, materiales implicados en procesos biológicos y ambientales asociados a la biotecnología”, subrayan.

Investigadora principal del CONICET en el CINDECA, Patricia Vázquez fue compañera y amiga de Blanco, y la recuerda como una “científica aplomada, detallista, reflexiva, que en cada una de sus actividades demostraba lo mucho que podía hacer por mejorar nuestro conocimiento. Encontrarla en nuestro camino fue una fortuna. Su esfuerzo siempre será recordado y seguirá vivo en quienes compartimos ese té o ese mini café que tomaba cuando su mente dejaba de pensar en la ciencia”.

“Mirta era una hermosa mujer, siempre bien vestida, nunca de color negro, y junto a su compañero inseparable: su cigarrillo. Se aferraba a él como para que le diera un suspiro de alivio en ese sendero de llantos y tristezas que, en parte, fue su vida”, expresa Vázquez, y cierra: “Reíste y con ganas, porque luchaste cada momento por buscar la felicidad que parecía jugar a las escondidas. Fuiste importante para nosotros, vivirás en nuestros recuerdos y siempre estarás presente en nuestros diálogos del segundo piso. Duele saber que no estarás físicamente, aunque tu voz tan singular estará grabada en nuestros corazones y tus enseñanzas en nuestras memorias. Gracias por mejorar nuestras vidas”.