INTECH, CONICET-UNSAM

Desarrollan un fertilizante biológico especial para pasturas de ganadería

Se trata de un proyecto de investigadores e investigadoras del CONICET y la CICPBA que acaba de recibir un millonario financiamiento estatal. Además, trabajan en una tecnología para el tratamiento de semillas


El equipo de profesionales del INTECH. Fotos: gentileza investigadores/as.
Ganado junto a una de las especies de gramíneas, Festuca arundinacea. Fotos: gentileza investigadores/as.
Bacterias solubilizadoras de fósforo y hierro promueven el crecimiento de especies forrajeras para la producción de ganado vacuno. Fotos: gentileza investigadores/as.

El proyecto titulado “Desarrollo de bioinsumos y tecnología de tratamiento de semillas para mejorar la producción de pasturas forrajeras en la región pampeana”, impulsado por un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET y la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CICPBA) en el Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, CONICET-UNSAM), es una de las 27 propuestas seleccionadas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MINCyT) a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) y el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) en el marco de la convocatoria denominada PICT Orientación a la Vinculación a la que se destinarán más de 960 millones de pesos.

El objetivo de la convocatoria es fomentar la vinculación entre grupos de investigación científica y empresas o instituciones “adoptantes” del sector productivo para obtener resultados innovadores en áreas como la salud, la producción de alimentos con valor agregado, producción “verde” y tecnologías asociadas a la transformación digital.

La iniciativa del INTECH –que tendrá como empresa adoptante a Biscayart Semillas S.A.– recibirá un total de 16.752.500 pesos y apunta al desarrollo de un fertilizante biológico especialmente diseñado para especies forrajeras destinadas a la producción de pasturas para la ganadería, y de una tecnología para optimizar su aplicación en las semillas, en lo que se conoce como peleteado, es decir su recubrimiento con aditivos que mejoran la performance del cultivo en etapas tempranas. Cabe destacar que las bacterias utilizadas para la elaboración de este bioinsumo están naturalmente asociadas a especies forrajeras y promueven su crecimiento a través de una mejora en la nutrición.

“Una ventaja fundamental de la utilización de biofertilizantes radica en la reducción del uso de fertilizantes químicos y, por ende, del impacto ambiental de la actividad agrícola ganadera. Los bioinsumos de uso agrícola son elaborados a partir de microorganismos que promueven el crecimiento de las plagas y/o reducen el desarrollo de enfermedades. Si bien actualmente existen a nivel comercial fertilizantes biológicos para algunos cultivos forrajeros, no cubren todo el espectro de especies ni tampoco algunos requerimientos nutricionales específicos, como el aporte de fósforo, hierro y zinc. Otro aspecto clave a mejorar es la germinación e implantación de especies de gramíneas forrajeras”, explican desde el grupo, que tiene como responsables a Fernando Pieckenstain y Analía Sannazzaro, investigador e investigadora del CONICET en el INTECH, respectivamente, y a María Julia Estrella, investigadora de la CICPBA en el mismo espacio.

“Nuestro proyecto se enfoca en dos especies de gramíneas (Festuca arundinacea y Thinopyrum ponticum) y dos leguminosas forrajeras (Lotus tenuis y Lotus corniculatus) adaptadas a suelos de la región pampeana destinados a la actividad ganadera. Estos terrenos suelen presentar deficiencias nutricionales y, en algunos casos, problemas de salinidad y alcalinidad”, comentan. “Los beneficios directos del bioinsumo que se desarrollará son un mayor logro en la implantación, y una mejora de la productividad de las pasturas y de la calidad nutricional del forraje obtenido. Esto último, a su vez, contribuye a reducir la producción de metano en el rumen del ganado, lo que resulta importante por la contribución de ese gas al efecto invernadero. Es decir que además de los beneficios de corto plazo para la empresa adoptante, y de mediano plazo para las otras empresas semilleras, el proyecto contribuirá a mejorar la productividad de las pasturas y la sustentabilidad de la producción ganadera”.

El proyecto involucra al personal de investigación de los laboratorios de Interacción Planta-Microorganismo y de Microbiología del Suelo de INTECH, integrados además por María Elisa González y Luis Castagno, investigadora e investigador del CONICET, respectivamente; Ingrid Figueroa, becaria del organismo científico; María Florencia Fontana, becaria de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM); Diana Bedoya Castañeda, becaria de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i); y Patricia Uchiya, profesional de la CICPBA.