IAR, CONICET – CICPBA

Decenas de santafesinos tuvieron una cita con la radioastronomía

Una experta del CONICET La Plata visitó la ciudad de Casilda para brindar talleres ante estudiantes, docentes y aficionados a la disciplina


La radioastronomía cautivó a los habitantes de Casilda. Fotos: gentileza investigadora.
La radioastronomía cautivó a los habitantes de Casilda. Fotos: gentileza investigadora.
La radioastronomía cautivó a los habitantes de Casilda. Fotos: gentileza investigadora.
La radioastronomía cautivó a los habitantes de Casilda. Fotos: gentileza investigadora.

Conceptos básicos sobre la radioastronomía - rama de la astronomía que explora el Universo y estudia la radiación que emiten en radioondas los cuerpos celestes y fenómenos astrofísicos -, el estudio de la evolución de las estrellas y la observación del Sol, fueron algunos de los ejes sobre los que versó una serie de talleres que brindó Mariela Corti, investigadora del CONICET en el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR, CONICET – CICPBA), en su paso por Casilda, Santa Fe.

A lo largo de dos jornadas, la experta expuso sus trabajos en el Instituto Superior de Profesorado Nro. 1 “Manuel Leiva” y la Escuela Agrotécnica “General San Martín”, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario, ante decenas de estudiantes de profesorado, docentes y aficionados a la disciplina.

En el primero de los establecimientos, Corti desarrolló las nociones principales sobre qué es la radioastronomía y sus aplicaciones, además de describir las características centrales del proyecto astronómico LLAMA (Long Latin American Millimetre Array) de futura puesta en funcionamiento en el valle salteño Abra Alto Chorrillos, gracias a un convenio entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Fundación para la Ciencia del Estado de San Pablo (FAPESP, Brasil).

“En la Escuela Agrotécnica armamos junto a los alumnos una antena elíptica, similar a las que instalan las empresas de televisión satelital, de un eje mayor de aproximadamente 60 centímetros”, explicó. “Las partes habían sido preparadas previamente en el IAR por el técnico del CONICET Guillermo Gancio y el trabajo práctico consistió primero en el montaje, y luego la observación del Sol. Para esto nos desplazamos por el predio experimentando el cambio que indicaba el receptor de la antena según las distintas orientaciones que se efectuaban”.

“Superamos la cantidad esperada de asistentes y se generó el compromiso de seguir analizando los conceptos proporcionados en las clases teóricas y realizar la observación del Sol durante algunos días de verano. Resultará interesante comparar ese registro con el que obtuvimos esta vez”, cerró Corti, quien destacó la predisposición de los equipos directivos de ambos establecimientos.