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CEPAVE, CONICET – UNLP
Investigadores del CONICET llevaron la ciencia a una escuela de Barrio Jardín
Desarrollaron talleres interactivos sobre biología y ecología para unos 150 niños de nivel inicial y primario
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La del último viernes no fue una jornada más en la Escuela Provincial Municipal Nro. 2 de Barrio Jardín. El ritmo habitual del establecimiento ubicado en 85 bis y 115 se vio alterado por la llegada de científicos del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET - UNLP) que se acercaron para brindar una serie de talleres interactivos sobre biología y ecología que contó con la participación de unos 150 chicos de 3 a 12 años.
Por más de 3 horas los expertos trabajaron junto a los niños en un recorrido didáctico que tuvo como estrellas principales a distintas especies de arañas y escorpiones; insectos plaga y sus enemigos naturales; hongos; protozoos; parásitos; mosquitos; piojos y diversos organismos de ecosistemas acuáticos.
En el salón principal de la escuela, Romina Manfrino, becaria del CONICET que trabaja en el estudio de hongos patógenos, es decir que causan enfermedades en insectos de interés sanitario y agrícola, describió distintos tipos de hongos, cómo se forman y alimentan, y ayudó a los más chicos a diferenciar los comestibles de aquellos que no lo son. “¿Cuáles comen ustedes?”, les preguntó. “Champiñón”,”roquefort”, se apuraron a responder. Y la experta explicó las características de cada uno valiéndose de una lupa por la que fueron pasando los pequeños curiosos.
Cerca de ella, Jorge Barneche, personal de apoyo del CEPAVE en el grupo de Ecología de Arácnidos, hizo su show con arañas y escorpiones. Con una muestra impactante de ejemplares de tarántulas, cautivó a los chicos y les enseñó las distintas especies, sus hábitat, metodología de caza y mecanismos de defensa. Para ejemplificar sobre sus formas de alimentación, junto a la becaria Cecilia Gabellone le dieron de comer a uno de los especímenes una apetitosa cucaracha, lo que desató la euforia de los niños.
“Una araña puede morir si no toma agua en 15 días, pero puede estar unos 100 días sin comer”, contó Barneche, y advirtió a los chicos sobre el riesgo de extinción que tienen varias de las especies: “Hay algunas que son realmente vistosas, con colores bonitos, y mucha gente las colecciona. Eso no está bien, no debemos extraerlas de la naturaleza. Así como las vemos, son muy vulnerables. Pueden desaparecer para siempre por desastres naturales o por la acción del hombre mediante la venta ilegal”.
En otro sector, se desplegó el Grupo de Ecología de Plagas y Control Biológico, integrado por las investigadoras Margarita Rocca y Fernanda Cingolani, los becarios Franco D’Auro y Estefanía Rizzo, y la profesional de apoyo Martha Roggiero.
“El concepto de plaga fue ideado por el hombre para describir a esos insectos que justo se comen el alimento que nosotros consumimos. En realidad, en la naturaleza no hay bichos buenos y malos”, comenzó aclarando Rocca. A su turno, D’Auro explicó los riesgos del uso de productos tóxicos para la eliminación de las plagas, y describió ante los chicos los insectos que son sus enemigos naturales y que, estando presentes en las huertas, pueden contribuir a erradicarlas. “La llamada ‘Vaquita de San Antonio’ es uno de los bichitos buenos”, sentenció.
En otro de los salones, el grupo de Parasitología también se valió del histrionismo de uno de sus miembros para desarrollar junto a los más pequeñitos una historia sobre parásitos. El becario Bruno Fitte hizo reír a los chicos de las salitas iniciales con sus ocurrencias, al tiempo que entre todos contaban un cuento sobre Agustín, un niño con síntomas de parasitosis. La actividad terminó después de varios consejos, con la becaria Andrea Falcone poniendo en las manos de los chicos el “líquido mágico que los ayuda a prevenirse de estos bichitos”: alcohol en gel.
Cerca de allí, la investigadora Paula Marcotegui y el becario Martín Montes se valieron de láminas para describir el funcionamiento de los ecosistemas marinos y sus protagonistas. Los chicos fueron pegando en ellas las figuras de algas, peces, focas y otros organismos con los que empezaron a familiarizarse. Luego, conocieron mediante microscopios y una pecera otros seres pertenecientes a ecosistemas acuáticos de nuestra región.
En otro espacio, Nora Camino, investigadora de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CICPBA), y Guillermo Reboredo, profesional principal del CONICET, mostraron mediante distintos instrumentos variados tipos de protozoos, organismos unicelulares microscópicos que causaron asombro entre los chicos. Además, describieron conceptos elementales sobre las células analizando junto a los pequeños la estructura celular de una cebolla.
Por su parte, la investigadora Marcela Lareschi brindó algunas nociones sobre pediculosis, describió las características de los piojos, su ciclo de vida, síntomas y medios de contagio, hábitos saludables y algunos métodos de control. “Papá y mamá pueden contagiarse, la maestra también. No está relacionado con la falta de higiene”, apuntó la experta para concientizar a los niños.
En otro orden, la becaria Evangelina Muttis brindó una charla sobre los distintos tipos de mosquitos que existen en nuestra región, sus características y hábitos, y destacó las principales acciones que pueden llevarse a cabo en los hogares para evitar la proliferación del Aedes Aegypti, el vector de enfermedades como dengue, zika y chikungunya.