MORFOLOGÍA Y DEPORTE

Biomecánica del arquero: cómo lograr la eficiencia bajo los tres palos

El investigador del CONICET Sergio Vizcaíno disertó sobre su trabajo en un centro de entrenamiento donde utiliza conceptos de su actividad científica


Sergio Vizcaíno. Fotos: CONICET.
Sergio Vizcaíno. Fotos: CONICET.
Sergio Vizcaíno. Fotos: CONICET.
Sergio Vizcaíno. Fotos: CONICET.

En el prólogo de su libro “Cuentos de fútbol”, el ex jugador y entrenador argentino Jorge Valdano describe la obra como “un encuentro para el músculo y el pensamiento, con la intención de que vayan perdiendo la desconfianza que se tienen”. Esa frase es la que eligió el investigador del CONICET Sergio Vizcaíno para cerrar una charla en la que sintetizó sus dos pasiones: la ciencia y el deporte. Fue en el marco del XVII Congreso de Ciencias Morfológicas y 14º Jornadas de Educación que se desarrollaron en el Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata, por iniciativa de la Sociedad de Ciencias Morfológicas local.

“El deporte siempre fue inteligente y trató de mantenerme lo más alejado posible, pero tengo mucha fuerza de voluntad y siempre busqué seguir involucrado”, bromeó el especialista de la División Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata para dar comienzo a su conferencia titulada “Morfología y deporte: Análisis biomecánico del arquero de fútbol”.

Durante el encuentro, que se extendió por algo más de una hora, Vizcaíno describió ante un auditorio nutrido por investigadores, docentes y estudiantes de distintas disciplinas, las características de su trabajo académico y cómo encontró la manera de volcar ese conocimiento al entrenamiento deportivo.

“Soy biólogo y me dedico al estudio de la correlación entre forma y función, particularmente del esqueleto y sus músculos asociados, para la interpretación de la forma de vida de vertebrados fósiles”, explicó. “Hace unos años comencé a practicar en el Centro de Entrenamiento Formativo para Arqueros (CEFARQ) y rápidamente encontré que podía aplicar todo ese conocimiento para analizar los métodos y el significado de los movimientos que me pedían”.

De a poco y por pedido del director del CEFARQ Leandro Cortizo, el científico pasó de entrenado a entrenador y comenzó a desarrollar algunas herramientas para el aprendizaje de los arqueros más jóvenes: “Una de los conceptos metodológicos que comencé a implementar preliminarmente es la biomecánica. Consiste en la aplicación de métodos y principios de la mecánica, la ingeniería y la física, a la estructura y función de los sistemas biológicos”, detalló.

“Esta disciplina utiliza conocimientos de mecánica, anatomía, ingeniería, fisiología, entre otras, y se utiliza para muchas cosas. Existe la biomecánica ocupacional, que nos ayuda a estudiar cómo deben ser los muebles que debemos usar para el trabajo; la medicinal, para el diseño de prótesis con fines de recuperación; y la deportiva, que se encarga de ver las variables de desempeño del deportista para mejorar su rendimiento, desarrollar técnicas de entrenamiento y reducir la incidencia de lesiones”.

La técnica del vuelo

Así como un arquero vuela de un palo a otro, la charla de Vizcaíno fue desde las leyes de Newton hasta conceptos propios de la anatomía, pasando por el análisis de fotos y videos de guardametas consagrados o en formación. Así, entre imágenes de tendones, músculos y huesos, se vio al alemán Manuel Neuer, el español Iker Casillas, los argentinos Sergio Romero y Nahuel Guzmán y un jovencito con el buzo del CEFARQ en pleno peloteo.

Para el análisis minucioso, el experto eligió la técnica “con mayor cantidad de variantes, más icónica y compleja” de un arquero: el vuelo. “En esta acción lo primero que tiene que hacer un guardavalla es un desplazamiento de la pierna más cercana al balón hacia el lugar donde éste se dirige. La punta del pie debe apuntar hacia donde se quiere hacer el vuelo y hay que llegar a la pelota en la posición más extendida posible. Es lo más conveniente desde el punto de vista biomécanico”, resaltó.

En ese sentido, agregó: “Hay movimientos que son eficaces porque nos permiten agarrar la pelota. Nosotros preferimos los eficientes, porque hacemos lo mismo pero usando la energía mínima requerida para esa acción. En el contexto de la biología, yo prefiero el término optimización, por sobre el de eficiencia. Apelamos a trayectorias eficientes optimizando la relación esfuerzo-resultado”.

Biotipo del arquero

En la última Liga de Campeones de Europa, de los 32 clubes que la disputaron 16 tuvieron arqueros que superaban el metro noventa de altura y otros 10 estaban por encima del 1,85. Incluso, algunos pasaban los 2 metros. “En el primer nivel de competencia se tiende a tener ese tipo de profesionales, con un peso que oscila entre los 82 y los 85 kilos. En ese promedio están los que las estadísticas internacionales dan como los mejores del mundo”, explicó Vizcaíno.

En esa línea, el investigador advirtió: “El deporte es como una carrera armamentista. El fútbol vive de los errores del arquero, porque el día en que seamos imbatibles se muere el juego. Entonces se buscan alternativas para generar más fallas, como hacer pelotas más livianas, por ejemplo. Y los clubes quieren mejores guardametas”.

Para finalizar, Vizcaíno lanzó un desafío para los entrenadores y futuros profesionales en educación física: “Hay que trabajar para el arquero de hoy, pero también para el del futuro, porque tendrá que ser diferente. Probablemente deberá ser más alto, fuerte y ágil. Y por sobre todo, entender el juego”, cerró.