30 DE MARZO
Almejas de agua dulce: una fecha conmemorativa con el foco puesto en su conservación
Por tercer año consecutivo, especialistas en moluscos de todo el continente promueven una jornada que apunta a resaltar la importancia de este grupo animal y la necesidad de implementar políticas de control y preservación
Se los conoce comúnmente como mejillones o almejas de río, aunque su nombre correcto es bivalvos, y son un grupo representativo dentro de los moluscos, la rama más numerosa del reino animal después de los artrópodos. Tienen una gran importancia para la biología de la conservación ya que en algunos casos actúan como grupo paraguas, es decir que, teniendo información sobre su presencia en determinado lugar, se puede inferir la existencia de una gran variedad de otros organismos asociados a ellos o a los ambientes que suelen ocupar. Del mismo modo, es de interés establecer políticas de control ya que los bivalvos no nativos, es decir especies introducidas en ambientes a los que no pertenecen, pueden generar grandes perjuicios económicos e incluso sanitarios.
Es tal la importancia de los bivalvos que desde hace nueve años un grupo de malacólogos, es decir expertos en moluscos, de todo el continente creó una organización internacional que promueve su estudio y conservación a nivel sudamericano. Se trata de Bivalvos de Agua Dulce de América del Sur (BIVAAS), que tiene entre sus integrantes a los investigadores del CONICET Gustavo Darrigran, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP), y Santiago Torres, del Centro de Investigaciones y Transferencia de Santa Cruz (CIT Santa Cruz, CONICET).
Este año será el tercero consecutivo en el que BIVAAS conmemorará el Día de los Bivalvos de Agua Dulce de América del Sur, celebración que tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre la importancia de toda la diversidad biológica y de ese grupo animal en particular. La fecha fue elegida en honor al cumpleaños de la investigadora brasileña María Cristina Dreher Mansur, quien nació en 1950 y es “la más destacada pionera en los estudios de los bivalvos de agua dulce y responsable de la formación de numerosos investigadores en diferentes áreas de conocimiento sobre estos organismos”.
“Los bivalvos de agua dulce son esenciales en los ambientes acuáticos continentales ya que los mantienen en un equilibrio dinámico al alimentarse, por ejemplo, de bacterias y algas contribuyendo a que los espacios acuáticos estén limpios. También son una fuente de alimento para peces y otros animales”, subraya Darrigran. “Pero los cambios ocurridos a fines del siglo XX, como la transformación del uso del suelo, la expansión agrícola, la construcción de presas para generar energía y la introducción de especies exóticas invasoras, ponen en peligro a la mayoría de ellos”, agrega.
Según el experto, “en la actualidad, el planeta sufre una crisis de conservación de la biodiversidad y, dentro de este problema ambiental, los bivalvos dulceacuícolas están entre los grupos de organismos más amenazados con casi el 40 por ciento de las especies próximas de la amenaza, ya amenazadas o extintas”. América del Sur, con casi 200 especies, es el segundo continente en diversidad de bivalvos de agua dulce, pero “es el que cuenta con menor conocimiento sobre su estado de conservación, como consecuencia de tener áreas inexploradas, escasa información sobre la distribución geográfica y tamaños poblacionales actuales e históricos, políticas socio-económicas de cada país, entre otras cosas. Estos temas dificultan evaluar el grado de amenaza según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés)”.
“En nuestro país existe la preocupación por conservar la biodiversidad de este grupo”, comenta Darrigran, y menciona como evidencia la aprobación en 2019 del proyecto de investigación “Conservación de moluscos acuáticos de la Argentina. Diagnosis sobre biodiversidad nativa y bioinvasiones”, del que una parte sustancial trata precisamente sobre la fauna de bivalvos de agua dulce, financiado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) mediante el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT).