Charla en el CCT La Plata
Prioridades y desafíos del nuevo sistema de evaluación del CONICET
Miguel Ángel Laborde, miembro del Directorio del CONICET, explicó las acciones concretas para impulsar los desarrollos tecnológicos
El segundo día de las II Jornadas de Ciencias Aplicadas “Jorge J. Ronco”, organizadas por los 40 años de la creación del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (CINDECA, CONICET-UNLP), cerró con una conferencia a cargo del doctor Miguel Ángel Laborde, miembro del Directorio del CONICET en representación del Gran Área de Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales.
En el auditorio del Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata, la charla versó acerca de los cambios que impulsa el organismo a la hora de evaluar al personal científico a través de sus comisiones asesoras. Se trata, precisamente, de una de las políticas más emblemáticas que la actual gestión lleva adelante con el objetivo de reposicionar a aquellos investigadores, becarios y profesionales que dedican su labor a la ciencia aplicada y los desarrollos tecnológicos.
En ese sentido, Laborde enumeró algunas de las acciones concretas que el CONICET lleva adelante a estos fines, entre ellas “aumentar la función a la Dirección de Vinculación Tecnológica, jerarquizar la Carrera de Personal de Apoyo, tomar los temas estratégicos dispuestos por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, otorgar becas para Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social, y lanzar convocatorias orientadas a zonas de vacancia geográfica para diversas disciplinas”.
Un especial hincapié mereció la política de Infraestructura, a través de los Planes de Infraestructura I y II de la cartera de ciencia y de un presupuesto de 10 millones de pesos del que dispone el CONICET para la contratación de obras civiles de menor escala. “Otra de las líneas prioritarias en este punto es evitar que haya investigadores ‘sueltos’ y, en cambio, se busca incorporarlos a Unidades Ejecutoras”.
Para finalizar, Laborde hizo mención al reconocimiento del que goza el organismo que, expresó, “es más marcado a nivel de la comunidad internacional que dentro de la sociedad de la que forma parte”, y subrayó que “es algo que forma parte de una cultura instalada que, por lo menos, tenemos que empezar a cuestionar”. En este sentido, apuntó que “para cambiar esto hace falta políticas claras, firmes, sin contradicciones y continuadas en el tiempo, y mucha pero mucha paciencia”.