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“En los últimos años se empezó a generar una conciencia científica platense”
Carlos Rapela hace un balance de su etapa al frente del CONICET La Plata y analiza los desafíos para la flamante conducción
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El doctor Carlos Rapela fue director del Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata durante los períodos 2009-2011 y 2011-2013. En esta entrevista reflexiona acerca de los logros alcanzados durante su proceso de gestión y comenta los desafíos que deberá afrontar su sucesor en el cargo, el doctor Luis Epele.
¿Cómo evalúa su gestión al frente del CONICET La Plata?
Considero que estos cuatro años han sido muy productivos. Siempre es difícil hacer una evaluación tan cercana a la terminación de un ciclo, ya que uno tarda un tiempo en ver en perspectiva. Pero me fui realmente satisfecho por lo realizado. He visto una transformación en la interacción de los institutos de La Plata. Desde su origen, estaba claro que esta institución debía ser un centro que congregara a las distintas disciplinas científicas de la ciudad. Había un vacío interdisciplinario y logramos llenarlo. Una de las misiones era la descentralización administrativa, pero también empezar a generar una conciencia científica platense. Y el CCT ayudó a eso.
¿Qué puntos destaca de este proceso de gestión?
Se ha concertado toda una política de unión entre los institutos en base a intereses científicos. La Plata es una ciudad en donde las unidades están un tanto dispersas y se está tratando de concentrar todos los centros en lugares en común. En esa línea, el Bosque Este será un punto de reunión. Allí había algunos edificios, se inauguró recientemente la nueva sede del Instituto de Limnología “Dr. Raúl A. Ringuelet” de La Plata (ILPLA, CONICET – UNLP) y próximamente se sumarán otros.
¿Qué cosas quedan por hacer?
Claro que faltan muchas cosas, pero es una institución muy joven en la ciudad y no podemos echarnos tantas culpas por lo que aún no ha ocurrido. Algo que surgió del último proceso de autoevaluación es la necesidad de elaborar una mejor comunicación interna. Que el personal esté en conocimiento de las posibilidades que representa la existencia del CCT. Con eso, habrá más interacción, más sinergias. No me cabe la menor duda que las nuevas autoridades irán en ese camino.
¿Qué sensaciones le quedan en lo personal?
Finalizo sumamente contento con la tarea que me tocó hacer. No me puedo quejar de nada. Pese a todo lo que me auguraban mis colegas de investigación sobre los problemas que representaría la función, no me resultó pesado y me trajo muchas satisfacciones. Me dio trabajo en el último tiempo porque ha venido creciendo exponencialmente la labor de la dirección. La complejidad de la institución va aumentando en el tiempo. Y allí radica su riqueza.
¿Qué concepto tiene del nuevo director, el doctor Luis Epele?
Cuando lo elegí como mi vicedirector me basé en que, además de ser el director del Instituto de Física de La Plata (IFLP, CONICET – UNLP) y un excelente científico, tenía importantes antecedentes en gestión y eso era algo muy valioso. Pero además posee don de gente, lo que es aún más difícil de encontrar. El doctor Epele tiene una gran capacidad. Estoy muy contento de que él haya sido el designado por amplísima mayoría de los miembros del Consejo Directivo. Eso, de alguna manera, demostró que se ha visto la tarea que nosotros realizamos. Y me pone orgulloso. Al frente del CCT estará un investigador con todas las características humanas y académicas como para desempeñarse con solvencia.
¿Cómo sigue su actividad?
Ahora me tocó volver al llano, así que estaré en el Consejo Directivo del CONICET La Plata aportando desde mi especialidad que son las Ciencias de la Tierra. Mi contribución va a estar ahora en ese punto. Así que no es que me desvinculé de todo lo demás, sino que voy a ser uno de los actores allí. Y por otro lado me abocaré a la docencia y realizaré la actividad diaria como director del Centro de Investigaciones Geológicas (CIG, CONICET – UNLP). Entretenimiento no me va a faltar.
¿Y en investigación?
La actividad del CCT me insumió muchísimo tiempo y por lo tanto he abandonado un poco a mi grupo de trabajo, que se compone de algunos investigadores jóvenes y otros más experimentados, con los que estamos hace veinte años juntos. Ellos no están acá en La Plata ya que he formado gente de otros lugares y tengo varios discípulos en Córdoba y Anillaco, La Rioja. Asimismo, interactuamos con otros colegas de Madrid, Inglaterra y Australia. Así que en los próximos meses me tengo que dedicar a recuperar eso. Si tengo salud pienso seguir varios años más, ya que la investigación es una de las pasiones de mi vida.
¿Cómo evalúa la situación actual de la ciencia en el país?
Uno aspira a que el ámbito científico siga recibiendo la atención que tuvo en los últimos diez años, donde se le ha dado más impulso que nunca. Se han podido hacer cosas que antes parecían impensadas. En primer lugar, se logró conseguir la consideración general de la sociedad. Algo que es fundamental. La ciencia es fundamental para el crecimiento de un país y en esta década vivimos en una pendiente que va hacia arriba, lo cual es extraordinariamente bueno. Quedan cosas por resolver, sobre todo en lo que refiere a profundizar la federalización del CONICET.
Por Marcelo Gisande.