CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

400 millones de razones para publicar en español

Investigadores del CONICET en nuestra ciudad estudian el posicionamiento de la lengua en el ámbito científico académico 


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En ninguna parte del mundo se discutiría cuál es la lengua franca, aquella adoptada para el entendimiento común a nivel internacional en los terrenos económico, político, cultural, artístico, de entretenimientos, y tantos más. Ese idioma es, sin lugar a dudas, el inglés. Y el universo científico- académico, por supuesto, tampoco escapa a dicha lógica. Sin pretender ignorar esta realidad, en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS, CONICET-UNLP) se impulsa la defensa y promoción de los espacios de intercambio de otra lengua de peso, hablada por 400 millones de personas en el mundo: el español.

“Comunicar en inglés es la forma en que el conocimiento entra en circulación, y las publicaciones mejor valuadas son anglosajonas. Si los científicos argentinos no transmitimos nuestro trabajo en esa lengua, quedamos limitados tras una barrera de comunicación”, explica Gloria Chicote, investigadora principal del CONICET y directora del IdIHCS. “Pero –agrega la especialista- si bien no podemos negar esta situación, lo que debemos hacer es crear instrumentos para revertirla: es necesario desarrollar espacios de intercambio científico paralelos que no compitan con las anteriores sino que coexistan y, a su vez, posicionar revistas en español en los rankings de excelencia desde una perspectiva geopolítica que parta en especial del ámbito latinoamericano”.

Además del peso propio que de por sí tiene el español por su rica historia y la cantidad de hablantes en el mundo, Chicote menciona otro importante argumento para promover los espacios de intercambio. “Un descubrimiento en nanotecnología, por ejemplo, debe ser primordialmente publicado en inglés, y en cuantas más lenguas lo haga incluso, mejor. Pero existen temas e investigaciones que son estrictamente regionales porque sus receptores primarios son locales, por lo tanto hablan y escriben en español, y entonces es fundamental que los resultados se transmitan en dicho idioma. Sucede en toda las áreas, y en las ciencias sociales más aún”, subraya.

En este sentido, la investigadora ejemplifica: “Si mi tema de estudio se basa en el impacto de una determinada tecnología en la población rural de esta zona, aquí tengo un receptor no científico, entonces es necesario publicar primero en español y luego sí, por supuesto, en inglés, pero tenemos que privilegiar nuestra lengua”. Entre los argumentos que enumera aparece otro factor clave: el lenguaje empleado en los papers. “Mientras que disciplinas como física, química o matemática manejan fórmulas universales, un artículo sobre filosofía, por ejemplo, exige un nivel de competencia de inglés mucho más alto porque de otra manera no es posible traducir determinados conceptos o reflexiones”.

Promoción a través de la enseñanza

“Frente al avance del inglés y la política agresiva que tuvieron Gran Bretaña y Estados Unidos a lo largo del siglo XX para transmitir el inglés al resto del mundo con mucha producción editorial y didáctica, desde el ámbito lingüístico del español se empezó a pensar de qué manera se podía intervenir”, explica Chicote, y continúa: “Lo primero que apareció fue el Instituto Cervantes en 1991, una institución promovida por el Estado español que lideró la enseñanza de la lengua desde sus inicios y se convirtió en su principal centro de difusión. Incluso se multiplicó en muchos países, pero siempre se enseñó el español de España, y los demás hispanoparlantes nos consideramos tan portadores y dueños de la lengua como nuestros antiguos conquistadores”.

Y es que –explica la experta- la enorme mayoría de esas personas nos encontramos en el continente americano. “En esta masa de gente hay un bagaje lingüístico muy importante: el de la historia de una lengua que se desarrolló y se consolidó a lo largo de los siglos con un trasfondo de dominación pero también de apropiación, y ahí comenzó el debate entre los países de esta parte del mundo, porque ¿qué español es mejor o más auténtico? ¿El argentino, el mexicano, el de los madrileños, el de los inmigrantes en Estados Unidos? Ese fue el germen de las discusiones acerca de la pureza del idioma que se desarrollaron a lo largo del siglo XX”, apunta la investigadora. 

El predominio del español peninsular dio lugar a diversos proyectos orientados a intensificar y justificar la política lingüística argentina. En esa línea, en 2004 se constituyó un consorcio de universidades nacionales llamado ELSE (Enseñanza del Español como Lengua Segunda y Extranjera), que actualmente está integrado por el 80 por ciento de las casas de altos estudios del país, y cuya sede hasta 2017 es la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Entre otras importantes iniciativas, de allí surgió el CELU (Certificado de Español: Lengua y Uso), único examen reconocido oficialmente por los ministerios de Educación y de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina.

Específicamente, el consorcio interuniversitario se propone promover y enseñar el español a través de diversos canales. En 2009, desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación se lanzó un proyecto llamado ELSE Industria Cultural que serviría como plataforma para distintas herramientas. Una de ellas estuvo dirigida por Chicote y consistió en una colección de libros titulada La literatura en el aula de ELSE, cuya finalidad es enseñar español a extranjeros a través de obras argentinas.

“No es para aprender literatura; eso es simplemente la excusa. El objeto es comunicar nuestra cultura, y hacerlo a través del español rioplatense con sus regionalismos y características”, señala la investigadora. Por eso, los volúmenes reflejan los estados de la lengua en cada momento histórico con vocabularios coloquiales y del lunfardo, como así también distintos elementos que dejan ver cómo eran el cine o la radio en el pasado, los distintos tipos sociales y cómo se veía la ciudad de Buenos Aires, entre otros aspectos allí plasmados. 

La colección, compuesta hasta ahora por siete libros, tiene gran connotación geopolítica, precisamente con el propósito de insertarse en ámbitos específicos “como el brasileño, por ejemplo, que nos interesa por el intercambio que se da a través del Mercosur”, aduce Chicote. Vale aclarar que la publicación es un emprendimiento conjunto de EDULP y EUDEBA, editoriales de la UNLP y la Universidad de Buenos Aires (UBA), respectivamente.  Cada ejemplar está acompañado por un CD en el que los textos literarios son oralizados para abordar la lengua desde la pronunciación.

El objetivo de la línea de estudios en la que se enmarca ELSE es incidir en el campo lingüístico del español para posicionarse, intervenir y modificar las prácticas a largo plazo, no de un día para otro. “Y hacerlo desde Argentina con una perspectiva de conocimiento situado, porque es la lengua de nuestra cultura y tenemos un circuito de emisión y recepción en el que nos interesa producir y transmitir las investigaciones.  Está muy instalada la creencia de que es más valorable lo que se publica en inglés, y quizá podamos comenzar a pensar que no siempre y en todos los casos es así”, concluye.

Por Mercedes Benialgo

Sobre Investigación

Gloria B. Chicote. Investigadora principal, IdIHCS.