- Noticias / Concretaron proyecto solidario para llevar agua caliente a una escuela rural
CINDECA, CONICET-UNLP
Concretaron proyecto solidario para llevar agua caliente a una escuela rural
Comenzó en 2010 con la capacitación de expertos del CONICET a alumnos de secundaria de nuestra ciudad para construir un colector solar
Compartir en
redes sociales
Más de tres años de trabajo y esfuerzo se coronaron el pasado 3 de septiembre con la colocación de un colector solar diseñado especialmente para un establecimiento escolar rural de la provincia de Buenos Aires. Se trata de un proyecto nacido en 2010 que reunió la voluntad de estudiantes secundarios y sus profesores con la de especialistas del ámbito científico en torno a un objetivo solidario.
Desde el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (CINDECA, CONICET-UNLP), los profesionales principales Diego Peña (R) y Carlos Toledo tendieron un lazo entre sus tareas científicas y como docentes al frente de Química y Electromecánica en el Colegio Nacional y la Escuela Técnica Nº3 de nuestra ciudad, respectivamente.
Cuatro años atrás, en un taller extracurricular, Peña enseñó a los alumnos sobre energías alternativas, y ellos indagaron un ámbito en el cual aplicar lo aprendido en un producto concreto. En esa búsqueda, dieron con la Escuela Primaria Nº15 de la localidad bonaerense de Ranchos, un establecimiento rural que carecía de agua caliente, algo que la instalación de un panel solar podría solucionar.
La idea consistía en, por un lado, elaborar una pintura absorbente de calor y, por otro, diseñar un colector solar. Los chicos del Nacional se ocuparían de lo primero, mientras que los alumnos de Toledo se ocuparían de armar el artefacto. Todo se materializó en un Proyecto de Extensión otorgado por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), y pudo finalizarse gracias al apoyo económico de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, que se contactó con los docentes apenas se conoció el proyecto solidario.
También desde el CINDECA, la investigadora del CONICET Patricia Vázquez, se sumó al proyecto con su becaria María Celeste Gardey Merino, del Laboratorio de Investigaciones y Servicios Ambientales Mendoza (LISAMEN), cuyo tema de tesis giraba precisamente en torno a la producción del pigmento que llevan las pinturas solares.
Gardey Merino les enseñó a los estudiantes secundarios cómo obtener partículas de cobalto a partir de una síntesis por combustión, un método considerado simple porque involucra pocos pasos, y que consiste en el principio activo de las pinturas que capturan la energía del sol. Los chicos trabajaron en el laboratorio para lograr una fórmula con la que luego se preparó la pintura en el Centro de Investigación en Tecnología de Pinturas (CIDEPINT, CONICET-CIC).
Por su parte, los alumnos de Toledo construyeron primero una maqueta que captara la energía solar y realizaron ensayos para conocer su rendimiento en días soleados y nublados, y a diferentes temperaturas y horas. “Hicieron un tanque de 4 litros con un serpentín de cobre por el que pasa el agua, expuesto a la superficie a pintar, que a su vez debe apuntar hacia el sol”, contó el experto. El artefacto definitivo incluyó tres paneles de 1 m2 de superficie.
Finalmente, el esfuerzo de tanto tiempo resultó en la colocación del colector en el techo de la escuela. “Sentimos una satisfacción enorme. La extensión educativa es esto; nosotros llegamos hasta aquí y ahora los chicos toman la posta. En el caso del Nacional, todos los alumnos involucrados ya terminaron sus estudios, y sin embargo continuaron el trabajo por fuera de sus actividades”, señaló Peña. En efecto, el entusiasmo de los estudiantes está lejos de darse por terminado. El próximo paso, por iniciativa de la escuela técnica, será armar y colocar radiadores para calefaccionar la única aula del establecimiento rural.