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CONICET- MUSEO DE LA PLATA
Editan libro sobre arte rupestre en Lomas Negras de Serrezuela
Es el segundo número de una editorial que científicos de nuestra ciudad lanzaron para dar a conocer investigaciones arqueológicas en todo el país
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Con la intención de que la arqueología se conozca más allá de entre los propios arqueólogos, un grupo de especialistas de nuestra ciudad lanzó el año pasado el sello editorial Quire-Quire, bautizado así en honor a una antigua capital inka localizada en el noroeste argentino. El estreno se hizo con una colección de libros que repasa diferentes estudios científicos relatados a partir de textos e ilustraciones pensados para todo público. “Tenemos un firme compromiso con la divulgación de este conocimiento”, señala Marco Antonio Giovannetti, investigador asistente del CONICET en el Museo de La Plata y referente de la propuesta.
El segundo número, que acaba de salir a la luz, se titula Lomas Negras de Serrezuela. Construcción de un paisaje ritual entre las sierras de Córdoba, las Salinas Grandes y los Llanos de La Rioja y ahonda en los estudios de Sebastián Pastor, investigador adjunto del CONICET en el Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos Segreti” (CEH), de Córdoba. Junto con su equipo, el profesional se dedica a explorar un paisaje serrano árido y agreste plagado de bloques rocosos que conservan valiosas representaciones artísticas de poblaciones humanas que habitaron entre 1500 mil y 500 años atrás.
“Si bien allí las rocas abundan, no todas fueron seleccionadas para plasmar imágenes, sino sólo aquellas que reunían condiciones particulares como una alta exposición visual y la proximidad a pozos de agua estacionales”, relata Pastor, responsable de las primeras expediciones en este área arqueológica, en 2007, aunque su descubrimiento sucedió por casualidad durante una campaña geológica en la década del ’60.
Según explica el especialista, en un 99% de los casos la técnica empleada es el grabado, a través de procedimientos simples o combinados como raspado, horadación, abrasión, picado e incisión. Hay unas pocas pinturas en negro y rojo. “Estas imágenes fueron producidas durante los últimos siglos previos a la conquista española por parte de comunidades originarias de pequeños horticultores, cazadores y recolectores. Hay gran variedad de motivos, así como de formas de asociación entre ellos. Se destacan los temas fundados en figuras como camélidos y humanos con atributos jerarquizados, como adornos cefálicos y máscaras”, señala Pastor.
En general, las imágenes se encuentran en buen estado de conservación, más allá de la acción de factores naturales como la erosión, filtraciones de humedad o aparición de líquenes, que ha deteriorado algunos sectores puntuales. “Es importante el trabajo con la comunidad local en el sentido de la valorización de estos bienes”, puntualiza el experto.
Precisamente, acerca de la importancia de estos vestigios arqueológicos, Pastor explica que “con frecuencia se proyectan hacia el pasado concepciones tradicionales sobre las manifestaciones gráficas que en realidad son supuestos de nuestra cultura o realidad contemporánea”. El investigador precisa que durante mucho tiempo se ha concebido al arte rupestre como “arte” con el sentido occidental moderno, “aunque la noción fue progresivamente abandonada por ser inadecuada con la realidad estudiada”.
“Esta idea del arte rupestre como actividad estética pero a la vez ociosa, al margen de las demandas de la vida cotidiana, llevó a los arqueólogos a tomar a las imágenes pintadas o grabadas en las rocas como una fracción especial de los vestigios del pasado, prácticamente desconectada de otros elementos de la materialidad”, señala Pastor y agrega que “en cambio, ahora hay una visión integrada, superadora, que muestra la indivisibilidad entre acción ritual y espacios o prácticas cotidianas, al tiempo que permite apreciar la participación diferencial, variable y compleja de este tipo de expresiones en la construcción de los paisajes culturales y de las relaciones sociales”.
Cabe mencionar que los títulos de Quire-Quire se distribuyen en La Plata, Capital Federal, Mar del Plata, Necochea, Chascomús, Catamarca, Córdoba y La Rioja. El número siguiente versará sobre el poblamiento americano a partir del estudio de un grupo de arqueología que trabaja en la provincia de Santa Cruz.