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El CONICET La Plata incorpora un nuevo centro de investigación

Se trata del Centro de Investigaciones y Transferencia del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (CITNOBA), que tiene sedes en las ciudades de Junín, Pergamino y San Antonio de Areco. Aborda temáticas vinculadas a la región en la que está asentado, como salud pública, biología, producción agropecuaria y mejoramiento de cultivos


El CITNOBA tiene sedes en las ciudades bonaerenses de Junín, Pergamino y San Antonio de Areco. Fotos: gentileza UNNOBA/UNSAdA.
El CITNOBA tiene sedes en las ciudades bonaerenses de Junín, Pergamino y San Antonio de Areco. Fotos: gentileza UNNOBA/UNSAdA.
El CITNOBA tiene sedes en las ciudades bonaerenses de Junín, Pergamino y San Antonio de Areco. Fotos: gentileza UNNOBA/UNSAdA.
Juan Ennis, vicedirector del CONICET La Plata; Carolina Cristina, directora del CITNOBA; y Gonzalo Veiga, director del CONICET La Plata. Foto: CONICET Fotografía/R. Baridón.

El CONICET La Plata acaba de sumar a su órbita una nueva Unidad Ejecutora, es decir un espacio de investigación científica que cogestionará conjuntamente con la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA) y la Universidad Nacional de San Antonio de Areco (UNSAdA). Se trata del Centro de Investigaciones y Transferencia del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (CITNOBA, CONICET-UNNOBA-UNSAdA), que tiene sedes en las ciudades bonaerenses de Junín, Pergamino y San Antonio de Areco.

El CITNOBA fue creado en 2014 de manera conjunta por el CONICET y la UNNOBA –iniciativa a la que se sumó la UNSAdA dos años después– con el objetivo de promover la radicación de investigadores en la región norte y noroeste de la provincia de Buenos Aires, formar becarios y becarias, consolidar grupos de investigación y transferir conocimiento a la sociedad. El trabajo articulado entre las tres instituciones redundó en un convenio suscripto en 2023 que sentó las bases para la consolidación del centro como Unidad Ejecutora de triple dependencia.

Las principales líneas de trabajo del CITNOBA están vinculadas a las características de la región en la que está asentado: salud pública (genética, microbiología y fisiología); biología y producción agropecuaria (insectos plaga, biodiversidad y control biológico de plagas) y el mejoramiento de cultivos (genética, biotecnología y ecofisiología). También aborda cuestiones como recursos naturales, alimentos, biomasa y medioambiente; TICs y ciencias sociales.

Bajo la dirección de la investigadora del CONICET Carolina Cristina, el CITNOBA cuenta con una planta de casi 80 trabajadores/as de ciencia: 29 investigadores/as; 43 becarios/as; cinco profesionales y técnicos/as, y tres administrativas/os. Cabe destacar que el centro fue impulsor de 19 Servicios Tecnológicos de Alto Nivel (STAN) –una herramienta del CONICET para prestar servicios al medio productivo– entre los que se destaca el análisis ambiental de sistemas acuáticos; el manejo de plagas de maíz; la determinación de marcadores moleculares en tumores; el análisis bioinformático de secuenciación masiva; la capacitación en cereales invernales; además de cursos y evaluaciones de prospección geofísica, entre otros.

“A lo largo de la última década, el CITNOBA ha sido estratégico para el fortalecimiento científico de ambas universidades, y contribuyó a afianzar su vínculo con el medio social y productivo de la región”, apuntó Cristina, y subrayó: “También se han establecido colaboraciones con hospitales, empresas y municipios, y se impulsó la creación de una Empresa de Base Tecnológica (EBT). A futuro, nos proponemos reafirmar la misión de promover el conocimiento científico con el objetivo de mejorar la salud humana, la producción animal, la preservación del ambiente, además de elevar la calidad de vida de la población y fomentar el desarrollo económico y social”.