Con un número modestamente mayor de mujeres que hombres entre su personal –cifra que sólo se invierte en el caso de los miembros de la Carrera de Personal de Apoyo (CPA)- el Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata es una viva muestra de los avances en el posicionamiento del mal llamado “sexo débil” en el escenario social. Así, al frente de un organismo que tiene 1502 investigadoras, profesionales, técnicas, becarias y administrativas sobre un total de 2800 agentes, su directora Pilar Peral García reflexiona acerca de las oportunidades de unas y otros en la fecha alusiva.
“Nuestra carrera científica se rige por medios de evaluación que no tienen que ver con ser mujer o varón, sino con la productividad. Dependiendo del escalafón en que uno se encuentre, debe presentar informes cada uno o dos años, y avanzará según los resultados. Y esa ha sido desde el principio mi respuesta frente a la pregunta de por qué soy la primera directora mujer del CONICET La Plata: porque tengo una capacidad natural para la gestión, y porque me eligieron mis pares”, apunta Peral García, quien ocupa su cargo desde mayo de 2017. “Sin embargo –reflexiona- en realidad la cuestión del género estuvo siempre presente, como un trasfondo que se conocía pero que no estaba escrito, y que condicionaba la producción de las científicas, hasta ahora”.
De esta manera, la directora hace referencia al conjunto de derechos que el CONICET ha venido garantizando en los últimos años para mejorar la situación de la mujer en la ciencia, como la extensión de los plazos para la presentación de informes sobre la labor científica para las investigadoras embarazadas, y la ampliación de la edad de aplicación a una beca doctoral, que se aplaza un año por cada hijo. En esta línea, también se inserta el Protocolo contra la Violencia Laboral recientemente aprobado por el organismo para denunciar casos de acoso y maltrato. “El Directorio tampoco avala reuniones científicas que no tengan equidad de género”, agrega Peral García.
“Todo este gran trabajo y los logros alcanzados vienen de la mano de las dos únicas mujeres que integran el Directorio del organismo: Dora Barrancos y Mirta Flawiá. Y realmente ha permitido que hoy las mujeres no sintamos que nuestra época reproductiva y la maternidad nos quitan la posibilidad de jerarquizarnos y tener una carrera”, considera. En este sentido, destaca la presencia de mujeres en los lugares de decisión, y enfatiza la necesidad de defender esos puestos: “En 2007 había tres directoras mujeres en los centros e institutos del CONICET La Plata, y actualmente hay seis. Puede parecer poco, pero es el doble de lo que había”.
Sobre el lugar que ocupa la femineidad, Peral García expresa que “básicamente, las mujeres tenemos una sensibilidad especial por muchos más temas, que influye a la hora de tomar decisiones, porque vemos distintos matices en las organizaciones y le aportamos una mirada renovada. Es la de alguien que ha transitado cosas diferentes a las del hombre, con una trayectoria que le permite ver el todo de manera integral”. En este sentido, concluye: “De nosotras depende encontrar ese punto medio en el que no tengamos que pedir cupo especial en ningún lado, y en el que ver una mujer premio Nobel en ciencia o en un puesto de gestión no tenga por qué llamar la atención”.
