CEPAVE, CONICET-UNLP

Se realizó una charla sobre el uso de hongos para control biológico

Investigadores locales buscan despertar el interés de empresas en la formulación de insecticidas naturales en base a especies micóticas


La doctora Claudia López Lastra durante la presentación. Foto: CONICET

Organizada por la Dirección de Gestión Sustentable de Recursos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET-UNLP) y el Centro de Investigaciones en Fitopatologías (CIDEFI, UNLP-CIC), se realizó esta semana la Jornada “Biocontroladores, una herramienta sustentable para la producción de alimentos”, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP.

Una de las experiencias presentadas fue la del Laboratorio de Hongos Entomopatógenos del CEPAVE, dedicado al estudio de este tipo de organismos y su potencial aplicación como insecticidas biológicos. Claudia López Lastra, investigadora del CONICET, fue la encargada de exponer el trabajo que se desarrolla desde hace más de 20 años, durante los cuales se ha logrado aislar decenas de especies micóticas a partir de insectos y artrópodos.

“Nuestro laboratorio tiene por objeto identificar y caracterizar hongos que puedan servir como controladores biológicos de plagas que afectan cultivos, especialmente frutihortícolas y cerealeros”, explicó la científica, y agregó que “recientemente hemos comenzado a estudiar otras especies que afectan a mosquitos y a cucarachas, también con la idea de que se conviertan en un eventual reemplazo de venenos y sustancias químicas”.

Respecto de las ventajas que presentan los hongos como agentes patógenos de otros seres vivos, es decir, que los enferman e incluso los matan, López Lastra resaltó el efecto residual que guardan bajo determinadas condiciones de temperatura y humedad, ya que su acción permanece activa durante mucho tiempo. En esta línea, también mencionó la capacidad que tienen de afectar específicamente a ciertas “especies blanco”, y a la vez ser indefensos para el resto, como también la facilidad de formulación y preservación in vitro.

Por último, la investigadora hizo especial hincapié en la transferencia tecnológica como “uno de los resultados más esperados” del trabajo que llevan adelante, en relación al potencial interés de empresas nacionales en la producción a gran escala de un insecticida biológico formulado a partir de uno o más hongos.