IGEVET, CONICET – UNLP
“La capacitación es esencial para el uso de equipos que utilizan radiación”
Alba Güerci dirige un proyecto de extensión que busca concientizar sobre el riesgo biológico de algunos procedimientos de diagnóstico y terapéuticos
Desde 2008 la doctora Alba Güerci, investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Genética Veterinaria “Ing. Fernando Noel Dulout” (IGEVET, CONICET – UNLP), es la coordinadora de un grupo de investigación que dicta cursos a médicos, personal técnico del área de salud y comunidad en general, sobre los riesgos que implica toda práctica médica basada en el uso de equipos de radiación, como los utilizados para tomar radiografías o tomografías.
En esta entrevista la profesional describe las prácticas que requieren el uso de dichos equipos, los riesgos que suponen y la necesidad de optimizar los procedimientos en pos de una utilización responsable.
¿Qué prácticas médicas se basan en el uso de equipos de radiación?
Desde el punto de vista médico, las radiaciones ionizantes se utilizan con fines diagnósticos y terapéuticos. En relación a los primeros, se consideran por ejemplo las prácticas destinadas a obtener imágenes como radiografías, tomografías, densitometrías o mamografías. Los segundos aluden principalmente al uso de radiaciones en el área oncológica, en pos de paliar o controlar una enfermedad.
¿Cuáles son los riesgos que implican estas prácticas?
Todo procedimiento que requiera el uso de fuentes o equipos de radiación tiene asociado un riesgo. Hay tres principios de la protección radiológica. El primero dice que toda práctica médica que utilice radiaciones tiene que estar debidamente justificada, es decir que el beneficio que le otorga al paciente tiene que ser superior al peligro que supone hacerla. Los otros tienen que ver con la optimización y el respeto por los límites establecidos de dosis. Lo que percibimos es que hay cierto relajamiento en el cumplimiento de estos preceptos.
¿Qué papel juega el paciente?
La gente no está concientizada de que este tipo de prácticas, por las características inherentes de las radiaciones, tienen un riesgo asociado. Lo que vemos es que se prescriben en exceso. La flexibilidad en los controles y su ejercicio racional se va potenciando en cada paso: la responsabilidad última es del director del hospital, después viene el jefe de servicio, los supervisores, técnicos. Esto en algunos casos repercute en una exposición injustificada del paciente a la radiación y en otros, en mala praxis y exposición del personal.
¿Hay estadísticas sobre este exceso en la prescripción de placas?
Una de las formas de cuantificar esto es evaluar la tasa de repetición. Ese es un patrón que está registrado pero falta gente en el área de salud de la provincia de Buenos Aires para relevar esto y accionar al respecto. Todos los técnicos radiólogos o dentistas deben limitar la flexibilidad y la tendencia a repetirlas. Nos parece que la capacitación en esta área es fundamental. Nuestras charlas están destinadas al personal porque al concientizar al operario se bajan los riesgos.
¿Cuál es la relación entre la dosis de radiación y los efectos biológicos asociados?
La magnitud de la dosis marca el nivel de riesgo. Las exposiciones más altas están asociadas con la muerte celular. Dependiendo de la cantidad de células que se mueren en un tejido y si llegan o no regenerarse, puede aparecer una lesión localizada. Otro factor que incide es la sensibilidad del paciente y la radiosensibilidad específica de cada órgano. En base a eso se puede ver qué tipo de efectos, tempranos o tardíos, ocasiona la radiación.
¿Cuáles son esas consecuencias?
En principio, desde enrojecimiento de piel a úlceras muy profundas e importantes, y necrosis de ciertas áreas. Puede haber un efecto agudo, desde que comienza el tratamiento a tres meses después, o tardío, que se presenta hasta décadas después de la exposición. Hemos visto casos de gente tratada por acné en su juventud que 50 años más tarde apareció con lesiones graves, úlceras en la frente, motivadas por eso.
¿Qué efectos pueden generarse a partir de dosis bajas de radiación?
En el rango de dosis bajas, que es el utilizado en el radiodiagnóstico, cuando uno se hace una placa o una tomografía, el evento principal desde el punto de vista biológico que se tiene que considerar es la mutación celular. Esto fenómeno biológico es la base de la carcinogénesis, es decir que hay una probabilidad baja pero no nula de que se genere un cáncer. Este es el punto central del proceso de capacitación, porque los técnicos y pacientes deben tener claro que el beneficio de la práctica debe ser mayor que el riesgo. Se intenta inculcar que no deben utilizarse radiaciones ionizantes con fines superfluos.
Por Marcelo Gisande.
Sobre investigación:
Alba Güerci. Investigadora adjunta. IGEVET, CONICET - UNLP.
Elisa Córdoba. Becaria. IGEVET, CONICET - UNLP.