El Departamento de Tiempo de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, por sus siglas en francés) es el organismo encargado de la regulación de la hora mundial, o Tiempo Universal Coordinado (UTC, por sus siglas en inglés). Lo hace centralizando información que recibe de distintos relojes atómicos distribuidos en diferentes países, entre los que se encuentra Argentina. La directora de ese organismo de medición Felicitas Arias visitará este lunes el Observatorio Argentino Alemán de Geodesia (AGGO) para brindar una charla en el marco de un taller que apunta a establecer una red nacional de tiempo y frecuencia.
La actividad comenzará a las 9 en el predio ubicado en Camino General Belgrano KM 40, Berazategui, Buenos Aires, donde la experta argentina – formada en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) – describirá el funcionamiento del BIPM y la importancia que supone la medición exacta del tiempo en nuestra vida cotidiana: la telefonía celular, los sistemas de navegación GPS y la conectividad a Internet, por ejemplo, son posibles gracias a la precisa sincronización de la hora mundial.
“La medición más precisa conocida por la humanidad es la duración del segundo y desde su invención en los ’50 la exactitud de los relojes atómicos ha mejorado notablemente, lo que permitió grandes avances tecnológicos y científicos”, explicaron desde la organización del taller, y agregaron: “En Argentina existen diversas instituciones que contribuyen a BIPM con lecturas de sus respectivos instrumentos. En un corto plazo el AGGO también aportará datos”.
El objetivo del encuentro, que reunirá a especialistas de todo el país, es discutir y elaborar una propuesta colectiva que permita establecer una red nacional de relojes que sirva como herramienta para evaluar el desempeño de las referencias de tiempo y frecuencia mantenidas por instituciones del territorio argentino.
Acerca del AGGO
Se trata de la contribución conjunta entre Argentina y Alemania a la red internacional de instrumentos geodésicos que soporta la infraestructura global de datos espaciales y contribuye a monitorizar los procesos tectónicos y de cambio global. El AGGO fue desarrollado y construido en Alemania con una inversión de veinte millones de euros, en tanto que las obras de infraestructura fueron abordadas por el CONICET con una inversión cercana a 10 millones de pesos. Es un Observatorio Geodésico Fundamental, lo que significa que reúne todas las técnicas de medición de la geodesia moderna.
