PREMIOS TWAS
“El país tiene capacidad científica para competir contra gigantes como China o India”
Noemí Zaritzky es la única ganadora mujer en esta edición de los reconocimientos que otorga la Academia Mundial de Ciencias
Postulada por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina, la investigadora superior del CONICET Noemí Zaritzky se acaba de convertir en la ganadora del premio TWAS de la Academia Mundial de Ciencias (The World Academy of Science) por las Ciencias de la Ingeniería. El reconocimiento es uno de los más prestigiosos que se otorgan a la investigación en países de Latinoamérica, África y Asia.
“Realmente no lo esperaba, por lo difícil y competitivo del premio. Además, mi categoría entran comprende las ingenierías: robótica, electrónica, química, y había postulantes de países con tecnologías muy desarrolladas, así que fue una grata sorpresa”, relata Zaritzky, que se desempeña en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA, CONICET-UNLP-CICPBA), del que además fue directora durante trece años.
Con el objetivo de promover la excelencia para el avance científico y el crecimiento sustentable en los países en desarrollo, los premios TWAS se otorgan todos los años en nueve campos disciplinares: Ciencias Agrarias; Biología; Química; Ciencias de la Tierra; Astronomía y Ciencias del Espacio; Ciencias de la Ingeniería; Matemáticas; Ciencias Médicas; Física y Ciencias Sociales. En esta edición, Zaritzky es la única ganadora mujer y comparte su categoría con un investigador de Malasia.
Las postulaciones son muy exigentes: requieren que los candidatos hayan vivido y trabajado en su país en los últimos diez años, y deben acompañarse por cinco cartas de recomendación de expertos distribuidos geográficamente en distintas partes del mundo. “Cuando uno compite internacionalmente todo es mucho más complejo: hay que comparar cantidad y calidad de publicaciones y de citas, índices bibliométricos y de impacto, entre otros factores”, explica la especialista, cuya línea de investigación radica en el procesamiento de alimentos, aprovechamiento de residuos de la industria alimentaria y preservación del medio ambiente.
Además de Zaritzky, otros dos argentinos investigadores del CONICET también fueron seleccionados en las áreas de Ciencias Agrarias y Ciencias Médicas. Se trata de Esteban Gabriel Jobbagy, que se desempeña en el Instituto de Matemática Aplicada de San Luis (IMASL, CONICET-UNSL), y Alejandro Schinder, del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Instituto Leloir). En este sentido, la experta apunta que “el hecho de que nuestro país haya ganado en varias categorías es interesante porque mide la capacidad que tenemos frente a gigantes como China, India o Sudáfrica, y ver que podemos competir nos debe causar gran satisfacción”.
Asimismo, aprovechó para reflexionar: “No quiero dejar pasar la oportunidad de hacer un pedido a los organismos que fomentan y financian la investigación, como el CONICET y las universidades, para que no descuiden a la investigación. La formación de recursos humanos lleva muchísimo tiempo, y si la gente se empieza a desalentar, será una pena porque científica y tecnológicamente estamos en condiciones de competir internacionalmente. Considero muy importante que se sigan apoyando estas actividades porque están estrechamente ligadas al desarrollo de un país, por lo tanto no son un lujo sino una necesidad”.
Cabe mencionar que Zaritzky es ingeniera química de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y doctora en ciencias químicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Docente titular en la Facultad de Ingeniería de la UNLP, desde 1997 es la primera mujer Miembro Titular de la Academia de la Ingeniería de la Provincia de Buenos Aires y también la primera mujer Miembro Titular de la Academia Nacional de Ingeniería (2008). Es también Académica Titular de la Sección de Ciencias de la Ingeniería y Tecnología de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina (2018).
A nivel nacional ha recibido numerosos reconocimientos, entre los que se destacan el Premio “Academia Nacional de Ingeniería” a la Trayectoria (2006); Premio Bernardo Houssay a la Investigación Científica Tecnológica, Categoría Investigador consolidado en Ciencias Agrarias, de Ingenierías y Materiales (2006); Premio Consagración de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina, Sección Ingeniería-Tecnología de Alimentos (2010); Premio Fundación Bunge y Born en Ingeniería de Procesos (2015); Distinción Investigador de la Nación Argentina (2016 por el año anterior), por el entonces Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCyT); y Premio Bernardo Houssay a la Trayectoria 2015 correspondiente al área Ingenierías, Arquitectura, Informática del MINCyT (2016).