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Bautizaron a las emblemáticas antenas del IAR en homenaje a dos destacados científicos
Los históricos radiotelescopios ubicados en el predio del Parque Pereyra Iraola llevan desde hoy los nombres de Carlos M. Varsavksy y Esteban Bajaja
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En el marco de un acto que fue encabezado por el secretario de Articulación Científico Tecnológica de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación Agustín Campero, los dos radiotelescopios ubicados en el predio del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR, CONICET-CICPBA) fueron bautizados hoy con los nombres de dos destacados científicos: Carlos M. Varsavsky, primer director del mencionado espacio de investigación, y Esteban Bajaja, quien ocupara ese rol en dos períodos. Junto a Campero estuvieron presentes el gerente de Desarrollo Científico Tecnológico del CONICET Jorge Tezón; el presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CICPBA) Alberto Torres y el director del IAR Gustavo Romero.
Al comienzo de la actividad, Romero hizo un repaso histórico desde la fundación del IAR hasta hoy, y resaltó “la tarea titánica” que encabezó Varsavsky al construir “el primer radiotelescopio de Latinoamérica y el segundo del hemisferio austral”, en referencia a una de las dos antenas bautizadas. Según sus palabras, de aquel hito participó “un puñado de estudiantes avanzados de física e ingenieros de la Universidad de Buenos Aires (UBA) entre los que se encontraba Bajaja, quien tuvo un importante rol en el desarrollo del instituto”. Precisamente, bajo la primera dirección de Bajaja se culminó con la instrumentación de la segunda antena y comenzó su uso científico.
Romero destacó que en la actualidad ambos instrumentos cuentan con tecnología digital, lo que los hace “extremadamente competitivos de acuerdo a los estándares internacionales”, y permiten realizar “una fuerte actividad de transferencia al sector científico y tecnológico nacional, en particular al aeroespacial, pero también al ámbito productivo” de la provincia de Buenos Aires y todo el país.
En el mismo sentido, Tezón resaltó la asociación y el diálogo continuo del IAR con la CICPBA y el Observatorio Argentino Alemán de Geodesia (AGGO, por sus siglas en inglés), ubicado a pocos metros de allí, que permitió un “trabajo en red de alcance realmente significativo” y lo atribuyó a la “actitud generosa de las nuevas autoridades del instituto para forjar estos desafíos”. El representante del CONICET aprovechó la presencia del titular de la CICPBA para firmar formalmente el convenio de cogestión del IAR entre ambos organismos.
Por su parte, Campero expresó: “Miramos el cielo y las pantallas que obtienen datos de su observación para encontrar secretos del origen del Universo e interpretar los misterios de lo que hay más allá de nuestra mirada más lejana, y para soñar y hacernos preguntas sobre el origen de nuestra especie. Buenaventura Suárez, el primer científico nacido en este territorio que luego se llamaría Argentina, observó los astros y contribuyó con información de avanzada a la comunidad científica internacional del siglo XVIII. Entre las muchas cosas que Sarmiento talló en piedra para siempre para un mejor destino de nuestro país, creó el Observatorio Astronómico de Córdoba. Houssay creó el IAR para que el conocimiento avance desde la curiosidad de lo que hay en el cielo y también con la tecnología de sus instrumentos”. En esa línea, el funcionario nacional destacó que “miramos hacia arriba para saber por dónde y a qué hora pasará el SAOCOM 1A, y vamos a mirar dentro de poco, en el verano, rumbo al cielo para ver el lanzamiento del SAOCOM 1B”.
Campero celebró el bautismo y reinauguración de los radiotelescopios, y subrayó que “la tecnología que se genera en el IAR está en muchos de los dispositivos que tiene nuestro país y en colaboraciones con distintas agencias espaciales internacionales”. Aprovechó para anunciar que desde la cartera que representa se está dando impulso al área con la reorganización del proyecto LLAMA para que entre en la etapa final de su puesta a punto, con nuevos actores institucionales y en el sendero de su máximo aprovechamiento”, entre otros trabajos en los que está involucrado el instituto. “Venimos trabajando para dotar de una mejor articulación y mayor proyección internacional de nuestras instalaciones y comunidad científica, y hemos creado formalmente el Programa Nacional de Astronomía y Astrofísica que tiene la pretensión de ser un centro internacional que funcionará como paraguas coordinador de todas estas iniciativas, y en estos días estamos creando también el Sistema Nacional de Datos e Instrumentación Astronómica y Espacial”, dijo.
Luego de las palabras de las autoridades y en presencia de las hijas de los expertos homenajeados – Paula Varsavsky y Amalia Bajaja– se descubrieron las placas alusivas y cada una de ellas recibió de manos de Romero un diploma y una réplica a escala de los radiotelescopios elaborada por el personal técnico del instituto.
Como se dijo, Varsavksy –fallecido a los 49 años en 1983– fue fundador y primer director del IAR, y llegó a ser presidente de la Asociación Física Argentina (AFA). Por su parte, Bajaja –quien murió en 2015 a los 84 años– fue director en dos oportunidades: 1975-1985 y 1995-1997. Entre 1990 y 1993 ocupó la presidencia de la Asociación Argentina de Astronomía (AAA) y en 2003 recibió el Premio Konex en Ciencia y Tecnología. Por una decisión del comité de nominaciones de la Unión Astronómica Internacional (IAU por sus siglas en inglés), desde 2007 un asteroide lleva su nombre.
Cabe destacar que en el acto –que culminó con la proyección de un video institucional– estuvieron presentes el presidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) Fernando Tauber; el director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) Raúl Kulichevsky; el decano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas (FCAyG, UNLP) Raúl Perdomo; el coordinador científico del AGGO e investigador del CONICET Claudio Brunini; y representantes del Consejo de Medioambiente, Ciencia, Tecnología y Salud de la Embajada de Estados Unidos en Argentina.
El IAR fue fundado el 26 de marzo de 1966 y desde entonces ocupa el predio cercano al Km 40 del Camino Gral. Belgrano, a la altura de la localidad bonaerense de Berazategui. Desde sus comienzos tuvo como objetivos principales la promoción y coordinación de la investigación, el desarrollo técnico y la formación de recursos humanos capacitados en radioastronomía, rama de la astronomía que explora el Universo y detecta la radiación electromagnética que emiten los cuerpos celestes y fenómenos astrofísicos.